Para todas aquellas personas que tengan al cuidado un paciente en casa, os dejamos algunos consejos sobre cómo puedes acondicionar tu hogar para facilitar su cuidado. Seguro que algunas de estas ideas os servirán para mejorar la calidad de vida tanto del paciente que recibe la atención como del cuidador que está a su cargo.

 

  • Siempre que sea posible, habilitar un espacio acondicionado donde se le pueda atender con comodidad y donde pueda moverse sin mucha dificultad.
  • Evitar disponer de muchos objetos que puedan entorpecer el paso o causar caídas o golpes, así como disponer de buena iluminación para evitar accidentes.
  • Asegurarse que la temperatura de la habitación se mantiene estable, sin grandes cambios de calor o frío extremo. Mantener también la habitación con una humedad relativa adecuada para evitar sequedad en el ambiente.

  • Mantener una limpieza y ventilación adecuada del entorno para evitar infecciones o contaminaciones indeseadas.
  • Equipar el hogar con el material necesario para facilitar el manejo del paciente:
    • El dormitorio debe proporcionar toda la comodidad al paciente, dado que seguramente sea el lugar del hogar donde más tiempo pase. En este caso se debería comprobar:
      • La cama sea cómoda y permita la movilidad del paciente. Las camas articuladas eléctricas permiten la elevación del cabecero y de los pies de la cama, facilitando así que pueda cambiar de postura en la cama e incluso comer en los casos que no pueda moverse. Los modelos que incorporan además carro elevador, permiten subir o bajar la cama para facilitar que el paciente pueda sentarse y levantarse con mayor facilidad, así como ayudan a que el cuidador pueda manejar al paciente con mayor comodidad (durante su aseo, por ejemplo). 
      • En el caso de que los pacientes deban comer en la cama, las mesas auxiliares son un accesorio útil para que puedan comer con comodidad. Son abatibles en altura y plegables, con lo que no ocupan mucho espacio. Utilizar baberos desechables en estos casos también resulta práctico.
      • Si existen problemas de incontinencia, o bien si el paciente ha sufrido de alguna intervención quirúrgica o lesión con riesgo de sangrado, es primordial utilizar un protector de colchón o bien empapadores desechables para evitar que se dañe el colchón. El uso de bragas de incontinencia puede ayudar también a evitar pérdidas de orina en pacientes que sufran de este tipo de incapacidad. 
      • Si los pacientes van a permanecer inmovilizados durante largos periodos de tiempo, es aconsejable utilizar productos antiescaras para evitar la aparición de úlceras en la piel. En este caso, existen tanto colchones antiescaras que se colocan encima del colchón, así como taloneras o coderas que se colocan fácilmente en los pacientes y evitan el roce con la cama. 
      • Para aquellos pacientes que deban mantenerse inmovilizados para evitar riesgos de caídas, tanto si están en la cama como sentados, se pueden utilizar cinturones de seguridad que evitan accidentes de este tipo.
      • Para mantener el calor en la cama siempre pueden utilizarse las comúnmente conocidas bolsas de agua caliente, o bien utilizar calientacamas eléctricos que además tienen un sistema de apagado automático para evitar quemaduras.
      • Muy importante es que el paciente siga la pauta de medicación recomendada por el médico. Para facilitarlo, los pastilleros son herramientas muy útiles tanto para el cuidador como para el enfermo. Existen muchos modelos disponibles (diarios, semanales, con alarma, portátiles…) a escoger según sus preferencias.
    • El baño es otro de los lugares clave donde debemos asegurarnos que disponemos de los accesorios necesarios para facilitar el movimiento del enfermo, así como evitar accidentes:
      • Las sillas de ducha o los asientos giratorios (en el caso de disponer de bañera), permiten que el enfermo pueda ser aseado dentro estando sentado y evitando así caídas.
      • Resulta útil también incorporar un asidero o barra abatible en la pared para que el paciente pueda sujetarse a la hora de levantarse tanto del WC como de la ducha, ya que ayuda al paciente a ganar estabilidad y permite que el cuidador no cargue con todo el peso.
      • Los elevadores de WC son una ayuda primordial para que el paciente pueda sentarse y levantarse más cómodamente en el aseo. Además, se pueden quitar y montar con mucha facilidad y son fáciles de limpiar.
      • Para facilitar también el aseo del paciente tras ir al WC, los bidets portátiles permiten realizarlo de manera práctica. Se colocan dentro del cuenco del WC y permiten un aseo cómodo y rápido.
      • Si los pacientes están encamados y no pueden desplazarse al aseo, siempre se puede utilizar un orinal y/o cuña. Son fáciles de usar y de limpiar, además existen soportes para poder colgarlos mientras no se utilizan. En estos casos las esponjas jabonosas o los cepillos de manos y uñas pueden ser productos útiles a la hora de realizar el lavado de los pacientes.

 

    • Para una mayor comodidad de los pacientes mientras estén sentados en el dormitorio o salas comunes, se pueden utilizar cojines viscoelásticos o de silicona que evitan también la aparición de llagas.
    • Además, para facilitar su movimiento por la casa, idealmente se deben proporcionar accesorios que ayuden a la estabilidad del paciente (bastones, muletas, andadores o incluso sillas de ruedas).
    • Es importante que siempre que se pueda, el paciente pueda realizar ejercicios para fomentar su movilidad. Tanto los artículos de rehabilitación habituales (como los huevos ejercitadores, las masillas de ejercicios, o los ejercitadores de dedos), así como los aparatos para favorecer el movimiento de las piernas (productos como el lightfeet o pedaliers) pueden resultar útiles para que puedan realizar ejercicios suaves sin necesidad de moverse de casa.
    • Otros puntos a tener en cuenta cuando se está al cuidado de un paciente es mantener controlados sus parámetros vitales, como la tensión, frecuencia cardiaca o temperatura. Por ello siempre es útil disponer de aparatos de autocontrol:
      • Los tensiómetros digitales son los más prácticos tanto para los cuidadores como para los mismos pacientes que pueden utilizarlo sin ayuda. A la hora de escoger entre tensiómetro de muñeca o de brazo, suele recomendarse el uso del tensiómetro de brazo para aquellos pacientes más mayores, ya que pueden tener un pulso más débil y por tanto más difícilmente detectable por el tensiómetro de muñeca.
      • Los pulsioxímetros son también dispositivos muy fáciles de utilizar y ayudan a controlar que la saturación de oxígeno en sangre sea adecuada.  
      • Los termómetros (analógicos, digitales o infrarrojos) permiten el control de la temperatura del paciente. En estos casos los termómetros digitales son los más utilizados, porque proporcionan una lectura rápida y fácil de la temperatura.

 

Lo importante es saber identificar las necesidades que tienen nuestros enfermos para saber cómo podemos facilitar y acomodar su estancia, tanto a ellos como a los cuidadores, y así conseguir mejorar la calidad de vida de ambos.